Con el tiempo se aprende

Con el tiempo aprendes muchas cosas, con los daños; todavía más.
Aprendí que un clavo no saca otro clavo. Que el árbol con mejor sombra no te cobija tanto como dicen. Que aún madrugando no te saldrán mejor las cosas por ello. Que puedes ser la persona más fuerte del mundo y acabar tan mal como otros. Que la mejor amiga no existe. Sólo las grandes amigas. Que no hay que calificar a las personas por orden de preferencia. Que todos somos humanos, es decir; herimos, lloramos, amamos, nos equivocamos, tropezamos una y otra vez... guardamos rencor y lo descargamos con la persona equivocada, que al final siempre acaba siendo la que nunca te falla, la que siempre se queda, la que nunca se va. Que afirmamos y negamos sin saber, que dudamos con tal de ser neutrales y no aceptar derrota. Que amamos y odiamos sin querer. Que nunca pensamos lo que se debe hacer y que no nos arrepentimos hasta que ya está hecho. Que hablamos sin pensar. Que juzgamos sin conocer. Que podemos conocer mucho a alguien, pero nunca del todo. Que saberlo todo no es necesario. Que muchas personas que crees imprescindibles en tu vida pueden dejar de serlo de la noche a la mañana. Y que personas que ni pensastes que resultarían imprescindibles en tu vida acaban siéndolo. Que puedes tenerlo todo y querer tener más, pero nunca llegar a creer que tienes suficiente. No tener nada, conformarte con ello y ser la persona más feliz del mundo. Ser avaricioso y ser un infeliz. Porque el que tiene y reparte siempre se lleva la mejor parte.