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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Lo recuerdo como si fuera ayer.

Hace muchos años, cuando era una niñita , solía salir los domingos a caminar junto a mi madre. La verdad, no recuerdo cada uno de esos días, pero sí recuerdo uno en especial. Fue un día igual a todos, con la única diferencia de que en un momento determinado reparé en las manos de mi madre. En aquel tiempo yo tendría unos cuatro o cinco años y me sorprendió lo exageradamente grandes que se veían sus manos a la par de mi manita, que debido a su pequeñez sujetaba uno de sus dedos, en lugar de una de sus manos.
Vi aquella mano enorme (por lo menos en aquel tiempo así me lo parecía) y, aunque parezca imposible de creer, en aquel momento supe que recordaría ese día para siempre. Que recordaría esa mano protectora, esa mano firme, y suave a la vez, que protegía mi infancia y la guiaba pacientemente. Supe, aunque apenas era una niña, que ese instante de raciocinio precoz que nubló mi conciencia sería recordado por siempre, para siempre, por el resto de mi vida. Aún recuerdo ese día... y estoy segura de que lo seguiré atesorando.


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Siempre me siento FELIZ, ¿sabes por qué?. Porque no espero nada de nadie, esperar siempre DUELE. Los problemas no son ETERNOS, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la MUERTE. La vida es CORTA, por eso ámala, sé feliz y siempre SONRÍE, sólo vive intensamente.
*Antes de hablar, ESCUCHA.
*Antes de escribir, PIENSA.
*Antes de herir, SIENTE.
*Antes de rendirte INTENTA.
*Antes de morir, VIVE♥

I wish

Desearía que por mucho que pase el tiempo, por mucho que el tiempo esté entre nosotros y éste se vaya alargando.. no me olvides, nunca.
Que no me dejes de querer como dices que lo haces, como yo te quiero a tí de igual forma, por favor.

A time

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.